viernes, 10 de febrero de 2012

Eres trabajo y sudor


Eres el sol, eres arena. Mira por los campos de la ciudad. Pobreza, de esa solemnidad que alimenta utopías.  Claro escuro es tu cabello, vuelto en llamas de trabajo, sudor y “Hola, en qué te podemos ayudar”. Viajas en blanquecinos carruajes de esfuerzo, esperanza y “Echar pa’ delante”. Olvida que ya no alcanzas para los que sobran, pero entras en la cara más amarga de la felicidad. Supérate en tus debilidades, pero ni pienses en esas que te acompañan desde la cuna. Esas debilidades que entran en los círculos de Doña Juanita.
Llegas temprano para el alba. Con copas que escalaron. Algo has olvidado, tu dignidad vuela intrépida en sus informes de productividad.


No te olvido, aunque merezco tu perdón. Mientras tú vuelas bajo, yo aún intento con cohetes. Lo siento, si el devenir fuera mi disciplina, diestro artesano que modela tu sonrisa. 


Te amo, donde quiera que estés en tus sueños ahora.

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